Netflix amplía sus horizontes y nos trae otra producción bien hecha en este lado del mundo.
José Padilha no necesita mucha presentación, con una palabra basta: ‘Narcos’. La fama y reconocimiento que este creativo ya tenía en su país, le llegó internacionalmente gracias a este éxito de Netflix que comenzó con la historia de Pablo Escobar. Ya había dado el salto a Hollywood con el remake de ‘RoboCop’ (2014) y con la nueva ‘Entebbe’ (2018) y ahora lleva a la Gran N un thriller político made in Brasil que promete dar de qué hablar.
Ganas de provocar no le faltan y junto con Elena Soarez ha creado ‘O Mecanismo’, serie que adapta el libro “Lavado de Autos: El juez Sergio Moro y el Detrás de Escena de la Operación que sacudió a Brasil” del periodista Vladimir Netto que toma en cuenta los pormenores del mayor escándalo de corrupción de esta década, así como toda la investigación que sacó a la luz la red fraudulenta alrededor de Petrobras y que permitió descubrir el alcance de estas maniobras de corrupción. Este hecho que involucró no solo a Brasil sino a países como Argentina, Colombia, México, Perú y Ecuador por nombrar algunos.
“Nadie combate un cáncer y sale ileso” es la frase que se repite a sí mismo Marco Ruffo (Selton Mello), el policía obsesionado con saber en qué anda Roberto Ibrahim (Enrique Díaz), su ex compañero de escuela en la infancia. Este no pinta como héroe, es muy temperamental y muy impulsivo; pero podrá ser cualquier cosa menos una persona corrupta. Sigue sus propias reglas y constantemente es objeto de situaciones en las que sus superiores -e incluso la fiscalía- lo abandonan. La única incondicional es su compañera Verena Cardoni (Carolina Abras) quien lo considera un mentor.
El arranque de esta serie nos lleva a la Curitiba de 2003, oscura, donde Ruffo está convencido de que Ibrahim es parte de ese cáncer del que siempre habla, esa enfermedad que debe ser arrancada de raíz y que lleva años afectando a su país. Hará todo lo posible por detenerla cueste lo que cueste, a tal punto que parece no importarle alejarse de su familia.
Lo que él no sabe -y nosotros iremos descubriendo- es que los negocios que Ibrahim maneja (una casa de cambio, un local de comida y una lavadora de autos) son la tapadera perfecta para que todo un equipo, liderado por el mismo (aunque la verdad sea dicha: el es solo un peón más) es el encargado de manejar el dinero de toda una campaña presidencial y hasta cierta gracia causa saber que tienen una caja fuerte dedicada -exclusivamente- para sobornos. Nada más que la punta del iceberg.
En esta ficción, Padilha logra hacer del drama de una nación un thriller político que llama la atención, cuya genialidad radica en que supo hacer que la historia se convierta en algo personal. Así es como se reduce el conflicto a un duelo entre dos de los personajes principales y se convierte en una serie atractiva a los ojos de cualquiera.
Está inspirada “libremente” en hechos reales y prefiere cambiar nombres, lugares y algunos elementos de los originales; este punto siempre se aclara desde el inicio de cada episodio y aún así no fue impedimento para que la gente se vuelque a las redes sociales a hablar mal de Netflix o hasta provocar la reacción de la ex presidenta Dilma Rouseff.
El hecho de que la forma en que se cuenta la historia y los detalles antes mencionados lleven a la serie a estar estructurada como una ficción es el mejor acierto y quizás lo que más gusta de ella. Si ‘O Mecanismo’ fuera un documental sería un tanto más aburrido, no causaría el mismo efecto en la gente y del alcance ni hablar. A pesar de que ya conocemos el desenlace que se dió a este suceso en la actualidad, nos mantiene en vilo, con tal tensión de quien no tiene idea si la policía terminará abandonando el caso ante la presión política o logrará su cometido.