Masaru Ibuka, uno de los cofundadores de Sony, inventó el walkman, reproductor de audio que revolucionó la industria musical.

Ibuka, quien realizaba viajes continuos desde Japón a Estados Unidos, necesitaba un dispositivo musical práctico que lo mantuviera relajado durante sus largas horas de viaje.
Para el desarrollo del walkman, Sony se basó en la grabadora Pressman, con la diferencia que este reproduciría música en estéreo. A la idea original se unió Akio Morita, presidente de la compañía, que solicitó la producción del producto sin la aprobación de los directores de marketing, quienes imaginaban sería un fracaso: “¿quién iba a ir por la calle con unas orejeras puestas todo el día?”.
Finalmente el walkman vio la luz el 1 de julio de 1979 con el modelo TPS-L2. Sin embargo las ventas no fueron las esperadas, al principio solo se vendieron 2.000 unidades de las 5.000 previstas.
Entre los diferentes planes de mercadeo, Morita regaló un walkman a cada estrella de cine o televisión americana y japonesa. Se estima que en total fueron vendidos 385 millones de unidades. Como consecuencia, las ventas de discos de vinilo disminuyeron frente al crecimiento de los cassettes.
Luego llegarían otros avances: Los que leían cintas de metal, como el WM-2 de Sony, prometían fidelidad en el sonido. Los ultracompactos vendían comodidad. Y cómo olvidar el modelo hermético, resistente al agua.
Después de 31 años, el 24 de octubre de 2010, Sony anunció el cese de producción de walkmans. Ahora la compañía utiliza este nombre como marca para la fabricación de nuevos reproductores de MP3.