En el segundo domingo del quinto mes del año se celebra esta festividad en el país; conozca aquí más detalles de esta festividad.
El Día de la Madre en Ecuador se celebra el segundo domingo de mayo y por estas razón distintos comercios se alistan para una nueva jornada de personas que buscarán adquirir un detalle, obsequio, o experiencia inolvidable para su progenitora.
Esta celebración remonta a la antigüedad, donde las civilizaciones griegas y romanas celebraban cultos a sus diosas por sus símbolos de fertilidad y maternidad, como el caso de Rea, madre de Zeus. En el siglo XX creció este día en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos donde se honró la memoria de la madre de la activista Ann Marie Jarvis.
En 1914, el presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, junto al Congreso aprobaron el Día de la Madre tras la iniciativa de la activista. Se decidió que su celebración sería el segundo domingo de mayo. Esta decisión también se trasladó a varios países de Latinoamérica como ocurre en Ecuador, Uruguay o Brasil.
En cambio, algunos países de Europa celebran el Día de la Madre el primer domingo de mayo, como sucede en España y Portugal. El significado no cambia ya que se quiere reconocer a todas las mamás el amor y el compromiso que tienen con sus hijos.
Aunque no es un feriado, muchas personas se movilizan al lugar de residencia de sus madres o también acuden al cementerio para recordar la vida de ellas.
Antecendente
Jarvis hizo el primer homenaje del Día de la Madre para su mamá Ann Maria Reeves, una activista social que había servido en la Guerra Civil Norteamericana (1861-1866) atendiendo a heridos, a su vez fundó un movimiento para conmemorar el trabajo de las mujeres trabajadoras, principalmente a aquella que eran madres.
Reeves falleció en 1905 y su hija, Ann Jarvis, decidió rendirle homenaje cada segundo domingo de mayo, fecha por la que también cumplía años. Con la asociación fundada por ella en 1912, demandó el reconocimiento oficial, el cual llegaría en 1914, con la firma del presidente Wilson.
Jarvis cumplió su cometido, pero poco tiempo después se arrepintió cuando notó que los comerciantes se aprovecharon de la conmemoración para estimular la compra de regalos. La activista incluso llegó a protagonizar protestas contra comercios y amenazó con demandar a muchas empresas que lucraban con la celebración.