
El sudafricano, que agitó a Silicon Valley ofreciendo $44.000 millones por Twitter, cambia de opinión alegando que se han producido varias violaciones al acuerdo de adquisición, según lo informado por la agencia Reuters.
La ruptura del acuerdo, que en teoría supondrá para Elon Musk un desembolso de $1.000 millones de dólares por incumplir lo pactado, no es una sorpresa total. Con el paso de los meses, la operación se volvió cada vez más improbable a ojos de los expertos, que vieron en el ambiente muchos signos que ponían en duda que Musk cumpliera con el pago de 54,20 dólares por título.
La cifra de usuarios falsos presentes en Twitter se erigió como el principal escollo que terminó por dividir los caminos entre las partes. El dueño de Tesla exigía que estos fueran menos del 5% de los usuarios totales. Cuando recibió los datos de la cúpula de Twitter, no creyó en la información.
El futuro de la operación parece ahora destinada a los tribunales. Bret Taylor, presidente de Twitter, ha asegurado en la red social que están “comprometidos a cerrar la transacción” en el precio y los términos que fueron pactados desde el 13 de abril, cuando Musk comunicó a sus interlocutores la intención de comprar la empresa. “Planeamos una acción legal para ejecutar el acuerdo de fusión. Confiamos en prevalecer en el tribunal de equidad de Delaware”, escribió Taylor en referencia a una muy recurrida corte que resuelve disputas internas de las corporaciones radicadas en el Estado del este de Estados Unidos, un destino popular por sus laxas regulaciones tributarias.