Una de las series originales de Netflix continúa en racha. En ‘Glow‘, las mujeres luchadoras brillan con luz propia en su maravillosa segunda temporada.
El año pasado les hablaba sobre su primera temporada: un grupo de mujeres, aspirantes a actrices, audicionan para el nuevo proyecto de Sam Sylvia sin saber de qué se trataba. Lo que iban a descubrir después era que el proyecto en mención consistía en un programa de televisión donde la lucha libre femenina era la gran protagonista. Este programa se llamaría GLOW (Gorgeous Ladies of Wrestling).
Su segunda temporada crece y se consolida. De nuevo ‘Glow’ mezcla la comedia con el drama sin que ningún género sature al otro. No hay tramas de telenovela forzadas ni chistes absurdos. Hay mucha música de los 80s, incluyendo grandes éxitos como “Nothing’s Gonna Stop Us Now” de Starship, “Don’t You Want Me” de The Human League y “Crazy For You” de Madonna. La ambientación, la dosis de nostalgia y el soundtrack están en su punto.
En esta nueva tanda de episodios sus personajes evolucionan. La historia continúa enfocada en Ruth Wilder (Alison Brie) y Debbie Eagan (Betty Gilpin), cuya relación nos brinda grandes momentos por sus espectaculares actuaciones. Sin embargo, en esta temporada el asunto se vuelve más coral, nunca se echa de menos a alguno de los personajes. Conocemos más del background de las chicas y se nos presentan un par de caras nuevas como el camarógrafo Russell (Víctor Quinaz) y Yolanda (Shakira Barrera) que traen frescura y encajan a la perfección en la trama.
Siguiendo la trama, la hermandad de ‘Glow’ se ha tomado unas merecidas vacaciones luego de conseguir grabar el piloto de su programa de televisión, por lo que vuelven a juntarse con Sam Sylvia (Marc Maron) para empezar la producción del mismo. Lo que al comienzo parecía sencillo se vuelve una odisea cuando se pone en duda la calidad del programa debido a que las expectativas de audiencia no terminan por cumplirse. A partir de este hilo conductor empiezan a presentarse problemas para los protagonistas.
Su potente reparto se luce, volviendo a destacarse Marc Maron como Sam Sylvia y sus sarcásticas frases o Chris Lowell como Bash que sorprende en esta temporada, y cómo no mencionar la relación que mantienen las ya mencionadas Ruth y Debbie (ambas fabulosas), como uno de los puntos centrales de la serie.
‘Glow’ no ha tenido reparos en arriesgar, y lo hace una y otra vez. Puedo mencionar que hay un episodio que rompe absolutamente todos los esquemas de lo que se ha venido realizando en esta serie y termina siendo un experimento disparatado. Ese momento cumbre si desentona un poco al comienzo, pero es la solución perfecta para las situaciones desesperadas que se desarrollaban en la trama, así que era algo necesario. No diré más porque sería spoiler, pero qué ingenio el de sus escritores. Muchos programas de comedia ya quisieran tener algo tan bien hecho como eso. A ti te digo, Saturday Night Live.
A pesar de que el enfoque de esta producción tire a todo lo que es la lucha femenina, hay tiempo suficiente de bajar un poco las revoluciones en el ring y reflexionar sobre temas tan actuales para nosotros pero que, para el tiempo en el que sucede la historia, estas luchadoras también tienen que vivir. Las negativas y el machismo son el pan de cada día y por supuesto que hay momento para eso, incluyendo un momento muy dedicado para Harvey Weinstein y la oleada de casos de abuso sexual que salieron a la luz, pero no por eso signifique que se trate mal a los roles masculinos que hay en ella. Todos son parte del motor que hace funcionar a ‘Glow’ por igual.
Es evidente que también el feminismo continúa siendo protagonista de esta nueva temporada, mas no es el único aspecto social que se trata a lo largo de sus episodios: se habla abiertamente sobre el racismo, la homosexualidad e incluso los embarazos no deseados. Todas estas temáticas son parte vital dentro del avance de la trama y están tan bien aplicadas que nos lleva a analizar estos temas y, gracias a que su narración está llevada por las creíbles actuaciones en sus escenas, no se sienten -para nada- forzados.
¿Hay que ver ‘Glow’?
En mi opinión, si y sí. La serie entretiene, propone temas para reflexionar y se supera en comparación con su notable primera temporada. En definitiva, es un producto que maneja un gran contexto sociopolítico y alma, vida y corazón a sus creencias sin abandonar su identidad y convicciones. Quizá aún la sienta subvalorada, pero eso no quita que sea de las mejores series de Netflix. Las reinas de la televisión (y del ring) llegaron para quedarse.