El 28 de junio de 1999 se lanzaba al mundo Bocanada, segundo disco de Gustavo Adrián Cerati como solista, el primero tras la disolución de Soda Stereo.
Yo tenía nueve años y lo recuerdo como si fuese ayer, las radios estaban locas, ‘Puente’ se convirtió en la historia de amor que todos querían. ‘Usa el amor como un puente’, dijo Cerati y estoy segura de que muchos le hicieron caso. ¿Cuántos jóvenes que hoy tienen 19 años le deben su concepción a Cerati?
Pero Bocanada es más que eso, es una etapa en la carrera de Cerati donde exploró con la electrónica, dándose el lujo de hacer un álbum con esa raíz. Está en ‘Perdonar es divino’, también en ‘Beautiful’, donde sientes esa psicodélia y respiras ese aire beatlesco que influenció a uno de los más grandes frontman latinoamericanos que ha habido. ‘Paseo inmoral’ no se queda atrás
«Alguna vez querrás saber la dirección para volver al origen que al principio fue…»
De esa obra maestra, fundamental para todo melómano que se respete, también se desprende ‘Río Babel’, una canción tan inmensa que con una letra tan simple te lo dice todo: «Fluir sin un fin, más que fluir». Como curiosidad, descubrí muchos años después que Electric Light Orchestra está presente a través de un sample, concretamente el de ‘Momma’. Otra vez, Gustavo dándonos clases de música con pistas secretas.
Pero más que las canciones, lo que más admiro de este disco es precisamente lo que lo hace un álbum perfecto: el concepto. Verán, Bocanada no está hecho para que ames solo dos canciones, para amarlo por completo tienes que escucharlo todo y vivir, respirar la experiencia. Lo que hace de Cerati un artista aún más trascendental como solista que como frontman de una de las bandas más importantes del rock en español.
Algo así como lo que dice ‘Raíz’:
«Y si te abrazo es para sentir… que a nuestro amor nunca podrán sacarlo de raíz».
Felices 19, Bocanada. Que la magia de tus canciones sea tan eterna como el creador de las mismas. Donde quiera que estés, gracias Gustavo.