‘Fantastic Four’ es un nuevo intento de revivir la franquicia por parte de Fox. Esta vez, la película es dirigida por Josh Trank (‘Chronicles’) y con un elenco un tanto extraño, cada uno con diferentes particularidades y -en algunos casos- viviendo un gran momento en su carrera.

Éste elenco está conformado por Miles Teller (Reed Richards), Kate Mara (Sue Storm), Jamie Bell (Ben Grimm), Michael B. Jordan (Johnny Storm) y Toby Kebbell (Victor Von Doom) y, desde su anuncio oficial, lo que más hubo es controversia, la cual ayudó a mantener el buzz mediático.

De la trama no hablemos. Con rumoreados problemas entre Trank y la productora, la cinta no tuvo muchas cosas a su favor, sin embargo, se siguió con lo planeado, ya que era la única manera de que Fox siga siendo dueño de esta franquicia cinematográfica.

Sinceramente, siempre fui fiel defensor de este reboot, los adelantos  eran magníficos y enganchaban, realmente tenías ganas de ver el resultado; estaba seguro de que iba a ser la sorpresa del año y que iba a llevar a Fox a lo más alto. Me equivoqué.

Llegó el momento. Se estrenó en Estados Unidos e inmediatamente fue catalogada como la peor película de superhéroes en la historia del cine, lo que -por supuesto- siguió con un fracaso en taquilla. Aún así, fui al cine, desanimado, esperando lo peor y durante una hora no encontré el error. Todo estaba bien.

Sí, se estaba convirtiendo en una de mis películas favoritas sobre orígenes de superhéroes. El background de los personajes fue sencillo y apegado a la ciencia, fiel al comic y, sobre todo, estaba superando a su predecesora. De hecho, el momento del accidente espacial llega al espectador, transmite real desesperación.

Es verdad, todos conocemos la trama, pero en ésta ocasión estaba bien planteada y seguía un esquema. Y me seguía preguntando «¿Dónde está lo malo?». Pasaron cinco minutos y todo lo que ya se había establecido en la película fue lanzado por la borda, fue como haber juntado dos películas que no tenían nada que ver.

Vemos aparecer mágicamente a Dr. Doom como villano, con aspiraciones tontas, y cómo la esencia impuesta de cada personaje se pierde junto con su identidad. Sus acciones no tienen sentido y se empiezan a añadir de la nada cosas inexplicables. Y aunque la película nunca fue muy movida, en este punto se estanca y se torna totalmente aburrida con diálogos sosos y que no la enriquecen.

Finalmente, cuando promete algo grande para la conclusión, se acaba. De la forma más tonta y cómoda. Como si la producción se nos riera en la cara, sin escenas de acción ni una explicación lógica. Sólo se acabó y ya.

En cuanto al elenco, no tengo nada que alegar. Con algunas actuaciones forzosas, cumplió e incluso Miles Teller y Michael B. Jordan lo hacen bastante bien. Realmente no sé si fue problema de edición y producción o de dirección.

Personalmente, no creo que haya sido la peor película basada en un cómic, pero sí fue un desperdicio de tiempo y de una oportunidad de hacer las cosas bien.

Aún así, no perdamos las esperanzas, la franquicia no está arruinada… todavía.

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