‘El Carpazo’, festival de música que nace en Quito durante el 2011, celebró su tercera edición este año con un lineup extenso que contó con grandes nombres nacionales e internacionales.
Ésta edición ha sido, en mi opinión, la más exitosa hasta ahora. Si algo debo resaltar sin cansarme es la puntualidad, a la que lamentablemente no estamos muy acostumbrados en Ecuador. Cada show empezó a la hora que estaba programado y no se esperaba mucho entre las presentaciones, la máxima espera después de la hora prevista fue de 10 minutos para ver a La Maquina Camaleón.
Felicidades Carpazo, pusieron el ejemplo.
El día empezó bien, llegué justo para ver el show de Daniel Merchán Pastor, quien empezó con un set acústico para luego encender el ambiente y preparar a todos para el día que se venía. El highlight de su presentación fue ‘Plazma’.
Luego inició una banda que me moría por ver: Tripulación de osos, entre mordida y empujón, esta ‘bandita’ dio uno de los mejores shows del día para los pocos que los vimos. Regalaron discos, interactuaron un poco con el público y hasta estrenaron una canción; se lucieron y demostraron que vienen con todo éste año.
En el mismo escenario saltaron Los Corrientes, quienes dieron un show bastante interactivo y alegre en el que se prendió toda la carpa. Baila que baila, Los Corrientes animaron a todos, y aunque ya los había visto algunas veces, este show valió muchísimo la pena, aunque nos quedaran debiendo canciones.
Llegó el turno de Mundos, a quienes nunca había visto en vivo y de quienes me llevo ganas de volverlos a ver. Para los que son fanáticos de la banda fue un show muy íntimo -era en la carpa mas pequeña- y divertido. A mí me queda seguir escuchándolos y esperar a que regresen a Guayaquil.
Una vez acabado Mundos, fui a esperar en primerísima fila a La Maquina Camaleón.
Empezado el show, hubo a mi alrededor varias peleas. Sin embargo, no me importó mucho, seguí disfrutando de la presentación de esta bandaza. El frontman, Felipe Andres Amarilla, se metió en el bolsillo al público gracias a su carisma; hubo desde conversaciones, gritos de «¡Si!» y hasta tirada de agua. Demostró que le gusta lo que hace y hace lo que le gusta. Esa pequeña carpa no podía contener todas las capas de sonido y buena vibra que le dieron a la gente. Me perdí a Tanque por ver a La Maquina pero salí feliz, valió la pena.
Venía una de las bandas que mas quería ver: El Mató A Un Policía Motorizado, agrupación argentina a quien sinceramente nunca creí que iba a poder ver pero para bien de todos, se presentó. De este show no puedo decir mucho mas que fue genial ver como todos -por lo menos los que estaban a mi alrededor- se sabían las canciones y pedían mas. No se sintió que era una banda desconocida ni mucho menos. La gente bailaba y cantaba con la emoción propia de ver a una banda internacional.
Para mí, esto fue de lo mejor de la noche, espectacular.
Después fui a ver a Alkaloides, a los que no pude disfrutar por completo ya que tenía una misión: primera fila para Bion Borg. Aún así, todo lo que pude ver fue digno de una banda que tiene la acogida que ellos tienen en su ciudad. Todavía me queda la pica de verlos con todas las de ley.
Ahora si, lo que todos vinimos a ver: Bion Borg. Cuando salieron la gente explotó, todo se vino abajo. Empezaron el show con mi favorita ‘El man’ y desde ahí todo fue excelente. A ratos se sentía que el escenario y la carpa se iban a venir abajo, la seguridad no pudo contener a la gente y terminamos a los pies de Toño Cepeda y, en mi caso, de Sofia Aberdrabbo.
Estos dos y el guitarrista Sebastian Game, eran los que más estaban disfrutando y quienes más show nos daban. Un paseo por su discografía, ‘1980’, ‘El Sinki’, ‘Cóndor Negro’, entre muchas más hicieron uno de los moshs mas caóticos en los que he estado. Todo hasta que tocaron ‘Sindrome de uppsala’ y nos calmamos por un rato. Casi terminando su presentación dieron unas palabras muy emotivas, incluso creo que Toño soltó un par de lágrimas. No era para menos, lo dieron todo por última vez.
Después de esto para mi el festival había terminado. No quería ver nada más. Aún así, tuve la oportunidad de ver a Estereo Humanzee quienes estaban dando un show que hacía contraste con Bion Borg y aunque animaba, también relajaba. No vi ni a Los Tetas, ni a Brazilian Girls.
Ya quiero ver con qué sorpresas aparece el festival el próximo año, sin duda van a superarse de nuevo. Si tienen la oportunidad, ¡Vayan! es una experiencia digna de repetirse.